Ricardo Benjamín Salinas Pliego es un empresario mexicano, Fundador y Presidente de Grupo Salinas. Es un hombre cuyas convicciones y pensamiento se reflejan claramente en su obra así como en sus actividades empresariales. Es un hombre de familia, forjado en el valor del trabajo, la tenacidad, el esfuerzo y la pasión para alcanzar los sueños. Se considera un optimista nato.
Contador Público por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, cuenta con una Maestría en negocios por la Universidad de Tulane; sin embargo, no cree que los títulos académicos otorguen conocimiento por encima de la experiencia. Desde muy joven desarrolló su instinto empresarial en diversos negocios. Imposible es una palabra que no está en su diccionario.
Lector apasionado de la historia, sus personajes, el arte, la ciencia, la tecnología así como los negocios y finanzas, gusta de compartir sus intereses y no duda en manifestar su opinión sobre diversos temas de interés, como lo hace regularmente en su blog. Sus ideas las ha expuesto el Foro Económico Mundial de Davos, en The Young President’s Organization, The Economist Mexico Business Roundtable, el Instituto de las Américas, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, UCLA, TED, CAP, The Aspen Institute, The New York Forum, Universidad de Michigan, Universidad de Georgetown y la Escuela de Negocios de Harvard, donde usualmente trata asuntos relacionados con liderazgo, globalización, gobierno corporativo y las oportunidades en la base de la pirámide.
¿Cómo pasaron en EE.UU. de una absurda promesa de campaña a la amenaza de detonar una declaratoria de emergencia nacional? El “muro” fue un simple truco de los estrategas republicanos para encausar la memoria y la atención de un candidato disperso. Para cumplir con esta descabellada promesa de campaña, Trump provocó la suspensión de actividades más larga de la historia del gobierno federal, lo que ha dejado a más de 800,000 servidores públicos y sus familias sin ingresos y a merced de los caprichos de una administración sin rumbo ni estrategia.
A finales del año pasado tuve el privilegio de participar en la entrega de premios del concurso de ensayo “Caminos de la Libertad”, donde también otorgamos el premio “Una vida por la libertad” a Armando Ribas, un economista con 86 años de vida interesantísima y un espíritu joven.
Es momento de hacer una pausa para reflexionar sobre lo que juntos hemos logrado, analizar el entorno y los retos que enfrentamos e imaginar nuevos horizontes. Si nos tomamos el tiempo para meditar, el pasado siempre nos ofrece enseñanzas valiosas que podemos aplicar cuando tenemos la mirada puesta en el futuro.
Nuestros niños son el futuro de México, nuestra riqueza más valiosa y de la que dependerá el porvenir de nuestro país. Sin embargo, muchos de ellos enfrentan graves carencias y falta de oportunidades. Ante un entorno adverso, llevarles un momento de alegría puede ser muy significativo en sus vidas.
El pasado primero de julio, los ciudadanos se expresaron con claridad en las urnas y decidieron que llegó el momento de un cambio en la forma de conducir al país. En unas semanas, Andrés Manuel López Obrador asumirá el cargo de Presidente de la República y nuestro deber como ciudadanos es ver hacia el futuro con optimismo y responsabilidad.
La fábula que comparto en esta ocasión circula por Internet, y al parecer fue contada por un hombre de campo de origen alemán.
La historia nos enseña a mantenernos alerta de aquellos que buscan confiscar nuestra libertad, a cambio de migajas.
Espero que esta animación los haga reflexionar.
La Libertad Económica en Crisis
Populismo Globalizado y Tasas de Interés
La Rana y la Libertad