La Nueva Empresa “Pública” en EE.UU.
Gobierno Corporativo
En una colaboración anterior hablé sobre Gobierno Corporativo en EE.UU. Vale la pena tocar este tema de nuevo, y lo seguiré haciendo, porque sus deficiencias explican en gran medida las causas de la crisis global actual y son parcialmente responsables de la creación de la Nueva Empresa “Pública” en ese país, y el mundo entero.
Vale la pena recordar que en el modelo de Gobierno -ó Desgobierno- Corporativo de Estados Unidos muchos accionistas son de muy corto plazo—de hecho accionistas de un solo día cuentan y votan igual que los que llevan una década, lo cual es absurdo —y están muy pulverizados. Esto reduce su voz y voto y permite delegar poderes excesivos en un consejo de administración poco calificado, cooptado por la administración y sin una visión de largo plazo.
Dicho consejo tiende a componerse de personas no aptas por el problema de selección adversa, ya que aceptar el cargo conlleva riesgos personales elevados y escasos beneficios proporcionales.
Bajo este esquema, la alta dirección no tiene quien la controle y la dirija, por lo que pronto entra en conflicto de interés con los accionistas en asuntos como la compensación ejecutiva y gastos suntuarios como aviones privados, alfombras de 35,000 dólares, etc.
Mientras somos testigos de múltiples casos, todos ellos patéticos, de pago de bonos estratosféricos en empresas al borde de la quiebra como AIG, debemos considerar que el pago de bonos millonarios es sólo la punta del iceberg de los excesos cometidos por directivos de las grandes corporaciones.
Otro problema estructural grave es la carencia de visión de largo plazo en la alta dirección de las empresas. Los gerentes no permanecen si no dan resultados de corto plazo. En este entorno, están obligados a tomar riesgos excesivos para mostrar “resultados” en poco tiempo; y aún cuando fracasan ¡se les premia con otra clase de bonos multimillonarios llamados “Paracaídas de Oro”!
Todos estos problemas estructurales se han tratado de remediar a través de una regulación excesiva y muchas veces absurda, con muy pobres resultados y con elevadísimos costos legales y contables, que además atrofian y hacen más lenta la correcta operación del negocio. Se trata de una dinámica perversa y destructora de valor.
Empresas “Públicas”
Muchas de las compañías que fallaron debido a la visión de corto plazo con que fueron operadas y a los excesos de sus ejecutivos—al amparo de este pobre sistema de gobierno corporativo—serán parcial o totalmente nacionalizadas como parte de un rescate gubernamental para evitar su liquidación. Éstas son las nuevas empresas “públicas”. Aquí conviene hacer una breve revisión de términos.
En el mundo anglosajón, las empresas “públicas” son aquellas que tienen acciones listadas en las bolsas de valores, mientras que a las empresas del gobierno se les denomina GSE (Government Sponsored Entities).
En México y América Latina, el término de empresa “pública” se aplica sin distinción a las que son propiedad del gobierno, y a las listadas en bolsas de valores. Desde mi punto de vista, una mejor terminología sería “pública” para las controladas por el gobierno, y “listada” para las que cotizan en bolsa y son controladas por particulares.
Pero ahora en EE.UU. los grandes bancos y otras empresas que reciban ayuda del gobierno, o más bien, de los contribuyentes, sí van a ser empresas “públicas”, en toda la extensión de la palabra, porque estarán controladas por el gobierno –aunque muchas veces ni siquiera tienen un mandato claro.
Los “ejecutivos” de dichas empresas ya no se sentirán tales, porque estarán sujetos a topes salariales, como cualquier otro servidor público. Las condiciones están dadas para que el desempeño de las empresas sea aún peor, ya que actuarán como agencias de gobierno, cuyas ineficiencias conocemos bien.
Todo esto es muy lamentable puesto que normalmente, y más aún en tiempos de crisis, se requiere exactamente lo contrario para crear valor económico: disciplina y visión empresarial.